sábado, 2 de febrero de 2013

Pérdida de fe


Indignación ha sido la palabra que más he escuchado entre los míos estos días. Desde que los supuestos papeles de Bárcenas se publicaron en El País la reacción de los ciudadanos no se ha hecho esperar. Y así lo ha demostrado Twitter con varios Trending Topics relacionados durante los últimos días. Así como las manifestaciones en Génova y la que ha habido hoy mismo con motivo de la comparecencia de Rajoy.
Obviamente, demostrar  lo oculto es difícil. Y será complicado demostrar la veracidad o no de esas cuentas secretas que amenazan la integridad de la cúpula del PP. Y en la opinión de cada uno queda pensar si esas cuentas podría o no ser ciertas.

Al margen de si los papeles de Bárcenas son ciertos o no. Creo que es indiscutible que con los acontecimientos de presunta corrupción azotan este país y que de una u otra manera se relacionan con el Partido de las Gaviotas, la gente pueda tener su sospechas. Y creo que esa es la clave de toda esta historia: la confianza.

No me refiero a la confianza en un partido en concreto. Me refiero a la confianza que tiene el pueblo en todo el sistema político español. Una confianza que se ha visto seriamente dañada y que ha hecho que ya no confiemos en nuestra clase política.  Hemos llegado a un punto en el que ya no nos creemos a nadie, porque de una manera u otra, justificada o no, nos han  mentido, nos han engañado, y se han reído de nosotros.

Y ahora es el momento, de que todos los políticos hagan un balance de sus propios actos y que encuentren un modo de recuperar la confianza del pueblo. Un pueblo que está siendo ahogado por el desempleo, los impuestos y que no tiene en quien depositar sus esperanzas. Yo soy una de esas personas que ha perdido toda confianza. Siento que me han robado: me han robado la fe. La fe en un futuro limpio donde la gente pueda trabajar y vivir en paz.

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